El encausado es Doctor en Filosofía y Letras (Filología Románica), investigador científico del C.S.I.C., Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y del Instituto de Estudios Giennenses, y autor de numerosos artículos y libros, alguno taurino, como le reprochó en sus alegaciones el fiscal, José Ramón Fernández de Cano y Martín, profesor titular de Enseñanza Secundaria en la Comunidad de Madrid, de Lengua castellana y Literatura, que pidió al tribunal “condene a José Carlos de Torres las mortificaciones más ásperas que contempla el puntilloso código penal argamasillesco”, entre otros motivos por, asociado con otros semejantes, “constituir una amenaza letal contra el plácido aborregamiento en que vivimos”.
Previamente a las exposiciones por parte de los intervinientes, el Presidente de Honor, Carlos Romero Muñoz, Doctor en Filología Románica y en Filología Moderna (italiano), Catedrático Emérito de Literatura Española en la Universidad de Venecia, autor de numerosos trabajos sobre Cervantes y la literatura del Siglo de Oro, y Académico de Honor de la Argamasilla, pidió al encausado que procediera al original juramento sobre las páginas del “Quijote de Rivadeneyra”, conocido como de Argamasilla, por haber sido impreso en 1863 en el interior de la Cueva de Medrano, el cual dice: “Juro por mi conciencia y honor ser fiel a las enseñanzas de mi señor don Quijote, seguir fielmente y sin desmayo las leyes de la caballería, de escuchar sin sobresalto el ladrar de cuantos perros me salgan al camino (en especial los galgos y podencos, añadió De Torres), a levantarme una y otra vez en cuantas ocasiones sea derribado de mi volador Clavileño, y defender las leyendas y tradiciones manchegas, de las cuales la primera y principal es que en esta casa y prisión de Medrano engendró Cervantes su inmortal obra ‘Don Quijote de la Mancha’, ¡así lo juro!”. Tras el cual, el presidente afirmó: “Si así lo hiciere, lo premien los dioses y si no lo hiciere, su espíritu vuelva a la cordura para su eterno castigo”.
La fiscalía, para argumentar sus alegaciones presentó como testigo de las andanzas del encausado al cervantista Santiago Alfonso López Navia, que por motivos personales tuvo que ausentarse del juicio, sustituyéndole la profesora Ana Espejo e interviniendo en el acto con las palabras que le había hecho llegar López Navia vía Whatsapp.
La última en tomar la palabra, Alicia Villar Lecumberri, Doctora en Filología Clásica (Griega) y catedrática de la UAM (Madrid), solicitó la no condena para su defendido, entre los muchos motivos presentados al tribunal, “por gozar de un inmenso currículum en el mundo cervantino”, así como ostentar el título de Bachiller de Honor de la Argamasilla, calificando, si fuera condenado, de “agravio” para un caballero que posee tal distinción.
Una vez escuchadas las alegaciones, de uno y otro lado, y haber deliberado concienzudamente el tribunal, Vicente Calatayud Maldonado, Catedrático Emérito de Neurocirugía de la Universidad de Zaragoza, en nombre del jurado, rogó al presidente el nombramiento de José Carlos de Torres Martínez como Académico de Honor de la Argamasilla, solicitud que fue aprobada.
Con el beneplácito del tribunal, la Presidenta de los “Académicos de la Argamasilla”, Pilar Serrano, hizo entrega a De Torres del diploma que le acredita nuevo miembro de honor de la ilustre asociación argamasillera.
Además de los mencionados, también participaron en el XVI Juicio Crítico Literario: Obdulio Hilario, vicepresidente del tribunal y de los “Académicos de la Argamasilla”; María Teresa Moya Díaz-Pintado, como secretaria del tribunal. Mientras que el “omnipotente y omnipresente jurado” estuvo formado por: Mª Pilar Menchén, Pablo Martín, Cesar Luis Moya Serrano, José Díaz-Pintado Hilario, Hilario Díaz-Gómez Salazar, Miguel Carlos Gómez Perona, Ana Belén Gabaldón Salazar, Lorenzo Menchén Madrigal y el citado Vicente Calatayud.
Fuente:
www.argamasilladealba.es